Los expertos afirman que la clave para una movilidad sostenible es una mayor investigación y un cambio tecnológico y social

Texto: Julio Cárdenas / Fotografías: Aida Cordero y Julio Cárdenas

“Lo que tenemos que obtener como sociedad es una tecnología que nos permita cambiar la industria, la mentalidad de la sociedad y las políticas públicas”, concluyeron distintos expertos en química al reflexionar sobre el uso de ciertos materiales para una movilidad sostenible, en el curso Metales y circularidad, dirigido por Olga Rodríguez Largo, investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). En este sentido, los científicos instaron a las actuales y nuevas generaciones de estudiantes e investigadores de disciplinas relacionadas con el estudio del cambio climático -como la química-, a seguir formándose y trabajando para generar soluciones prácticas que ayuden a crear modelos de transporte cada vez más sostenibles desde su fabricación, y que, además, sean funcionales para las necesidades del usuario en determinado contexto geográfico.

Por otra parte, al hablar sobre la transición de la industria de baterías convencionales a tipos más sostenibles, Lorena Alcaraz Romo, investigadora del Centro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas del CSIC, compartió que la industria fabricante de estas “tiene todavía mucho por explorar”, ya que además del litio “también puede haber y puede ser interesante investigar otros tipos de baterías”, precisó.

“Hubo un día en España que toda la energía que se consumió fue renovable, pero ¿por qué no puede haber más días así?” cuestionó Javier Carretero, científico titular del CSIC y del Instituto de Ciencia y Tecnología de Polímeros (ICTP), al compartir ideas en torno a la energía renovable. Por esta razón, los gobiernos y la sociedad deben plantearse crear ciudades realmente sostenibles, con un aire limpio, debido a que los coches de combustión no sólo dañan el medio ambiente, también a las personas mediante las nanoparticulas que expulsan.

Además, Marisa López, catedrática de la Facultad de Ciencias Químicas de la UCM, consideró que, si bien ahora “estamos teniendo una buena dirección” en la investigación científica, en el ámbito de la movilidad sostenible y el cambio climático en general, aún considera necesario fortalecer en buena medida los esfuerzos, ya que “los científicos tenemos un papel muy importante” en hacer frente a esta problemática de emergencia global, concluyó.

            Asimismo, las moderadoras Olga Rodríguez Largo y Carola Alonso de Celada, investigadoras del CSIC, y directora y secretaria del curso, respectivamente, compartieron algunas de las ideas de los participantes al afirmar que “hay cosas que no podemos cambiar de la noche a la mañana, como de un tipo de movilidad a otro sin tomar en cuenta todos los elementos que llevan asociados”, por lo que buscar soluciones y optimizaciones a los coches de combustión es también una acción sostenible, precisó Rodríguez Largo. Por su parte, Alonso de Celada destacó que “Europa está por debajo del 20% suponiendo el nivel de contaminación a nivel mundial”, lo que es una muestra de que ya se notan los esfuerzos que se están dando en este sentido en el viejo continente, aunque hace falta consolidar mejores resultados en otras regiones del mundo.