por Jaime Fernández, (fotografía Jesús de Miguel) •
El Museo del Traje, dentro de la programación de los Cursos de Verano de la UCM, acoge los dos días de “Gestión y protección del patrimonio mundial: Las evaluaciones de impacto”, codirigido por Alicia Castillo, del grupo complutense de investigación Gestión del Patrimonio Cultural, y Laura de Miguel Riera, jefa de servicio de Patrimonio Mundial de la subdirección general de Gestión y Coordinación de los Bienes Culturales del Ministerio de Cultura de España, institución que patrocina el curso.
El curso, con una mayoría de estudiantes españoles, aunque también de otras nacionalidades como México o Chile, conforma un grupo con varios alumnos que han terminado recientemente másteres especializados en el sector del patrimonio, otra parte vinculada a la Complutense (incluyendo a varios matriculados del PAS) y, por último, un grupo de profesionales más especializados en el sector del patrimonio. Alicia Castillo reconoce que esta heterogeneidad, propia de los Cursos de Verano, “hace siempre que tenga que haber un equilibrio interesante en los contenidos que se imparten en el curso, porque la gente está muy mezclada, aunque es verdad que todos tienen una sensibilidad alta con los temas que se abordan”.
La codirectora del curso, Laura de Miguel Riera, es la jefa del servicio de patrimonio mundial de España, “y es sabido que el tema del patrimonio es de muy alto interés para nuestro país, ya que somos una de las naciones con más bienes declarados, concretamente cincuenta”. Dentro de los muchos temas que se pueden tratar en torno al patrimonio mundial, en el curso se trabaja con uno que “ahora mismo es puntero y absolutamente necesario, que es el impacto, lo que se conoce como el impacto patrimonial, que viene a ser parecido al impacto ambiental, es decir, cómo los proyectos de obra afectan, pero focalizados desde los valores universales excepcionales de las declaraciones de patrimonio mundial”.
La vinculación entre el Ministerio y la UCM surge porque Alicia Castillo es especialista en temas de patrimonio mundial, y además porque “el ministerio y los gestores de los servicios de patrimonio mundial han detectado un hueco y una falta de profesionales que sepan hacer los estudios que vienen construidos a través de documentos internacionales de la UNESCO, en colaboración con los cuerpos consultivos y con el ICCROM, que es el Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, que es una organización interestatal con sede en Roma”.
Los profesionales que se dedican a esta evaluación necesitan, de acuerdo con Alicia Castillo, “aprender el uso de la guía elaborada por ICCROM, promocionarla y sensibilizar sobre ella, porque no solo estudia el impacto desde la perspectiva negativa, sino que también es propositiva”. El estudio es fundamental, por ejemplo, a la hora de valorar los lugares que son muy sensibles, porque se ven muy afectados por la visita del turismo, por cambios de obras o porque muchos están en ciudades que están teniendo un problema grave con la gentrificación. Los estudios de impacto “están centrados en resolver estos problemas, así como los relacionados con el cambio climático, o los vinculados a inundaciones, a lluvias torrenciales, a volcanes, a guerras… Para todo eso cada vez es más necesario contar con gente especialista”.
Ponentes de altura
Con esa perspectiva, el presente curso se ha organizado como una formación a la que se han traído a varios ponentes internacionales, entre ellos a Nicole Franceschini, responsable del Programa de Liderazgo en Patrimonio Mundial de ICCROM, y a Ana Vileikis Tamayo, del University College de Londres, que es “una de las ideólogas de la guía y que ha hecho impacto por toda la zona de Asia, sobre todo en vinculación con la Ruta de la Seda”.
Aparte de esa perspectiva internacional, el curso también ha contado con ponentes que han expuesto casos prácticos en nuestro país, como el arquitecto Fernando Alce, que ha presentado el estudio vinculado al Paseo Romayla de Granada, “que es una zona altamente sensible y que se ha intentado pseudo-urbanizar varias veces, con proyectos bastante conflictivos, donde la ciudadanía se ha puesto en contra. Es una zona donde es necesaria la intervención, es necesaria arreglarla, pero, a su vez, hay que hacerla con mucho cuidado, porque está en pleno corazón de Granada, entre la Alhambra y el Albaicín”.
Una de las conclusiones o de las propuestas que se han hecho en el curso es que este año, “los representantes españoles que van a ir al Comité de Patrimonio Mundial, que se va a celebrar en Nueva Dehli, propongan que haya más transparencia y trazabilidad en el procedimiento, porque tiene sus puntos oscuros”. Alicia Castillo considera que este curso ha venido bien para aumentar la fluidez, aunque es consciente de que “hay proyectos muy largos y su evaluación depende de los recursos humanos y el tiempo con los que se cuente, que a veces son escasos”.
Otra de las conclusiones que se extraen del curso es que “este tipo de estudios están creciendo mucho, y de ahí la necesidad y la demanda de profesionales que se especialicen en ello”. Y en relación con esa necesidad formativa, informa Alicia Castillo de que además del patrocinio de este año, el Ministerio de Cultura se ha comprometido a continuar con la actividad en próximas ediciones de los Cursos de Verano de la UCM, siempre de la mano del grupo complutense de investigación del que Castillo forma parte.