por Lourdes Alvarez •
La ministra de Igualdad, Ana Redondo, señaló que «el diálogo siempre es mejor y más funcional que el monólogo», enfatizando la necesidad de un enfoque colaborativo en la integración de la inteligencia artificial (IA) en la sociedad. Redondo, que participó en el curso Derechos humanos e inteligencia artificial, ¿una convivencia posible?, coordinado por la directora del Gabinete del Secretario de Estado de Relaciones con las Cortes y asuntos Constitucionales, Purificación Causapié, abordó la rápida incorporación de la IA en nuestras vidas destacando que «hemos asumido esta realidad virtual sin un debate previo».
La titular de Igualdad afirmó que las nuevas generaciones viven en una «realidad paralela», influenciada por tecnologías que aún carecen de un marco regulatorio robusto. En este sentido, Redondo resaltó la importancia de aplicar controles constitucionales y normativos suficientes a la IA, apuntando que «el boletín del Estado fija instrumentos de regulación, como el que aplica a la IA».
La ministra destacó que «la inteligencia artificial debe contemplar una visión holística y transversal», subrayando la necesidad de integrar diversos sectores en este proceso. «Lo público tiene que estar incorporado en este proceso», agregó, abogando por un control institucional que garantice el acceso equitativo y seguro a la IA.
Además, Redondo enfatizó que «el control institucional es fundamental para el acceso a la IA, pues está al alcance de cualquiera. Estos controles se refieren a un gendarme de contenido que vigile que no se vulneren derechos». Así, la ministra propuso una división de controles en tres ámbitos: jurídico, social y político, destacando que son esenciales para evitar que la IA refuerce prejuicios y sesgos preexistentes. «El logaritmo de la inteligencia artificial está programado para reforzar prejuicios. Nos aleja de las complejidades sociales y de la paz, pues sólo entrega lo que ideológicamente nos satisface», advirtió Redondo.
La igualdad, según Ana Redondo, es la «base nuclear de la democracia». Sin embargo, la ministra señaló que «la desigualdad es inherente a la inteligencia artificial, pues maneja datos con un sesgo que favorecen a los hombres blancos heterosexuales». Para contrarrestar esto, la ministra propuso los controles anteriores y que la IA sea programada para proteger a los menores y atender mejor a las mujeres víctimas de violencia de género. «Para garantizar el respeto de los derechos humanos en el uso de la inteligencia artificial, puede comenzarse con programarla para proteger a los menores controlando su acceso a la pornografía y atender mejor a la mujer víctima de violencia de género. Se está trabajando en una propuesta para ello», reveló Redondo.
Para justificar su argumento, Ana Redondo apuntó datos como que “el 50% de los niños entre 8 y 12 años ha tenido acceso a la pornografía; el 60% de los menores de 25 años han obtenido información sobre sus relaciones de pareja a través de la pornografía; y el 30% de esta misma población está enganchado con estos videos, pues dedican al menos tres horas al día a ello».
Esta exposición temprana a contenidos inapropiados tiene consecuencias graves, como la normalización de la violencia y la despersonalización de la mujer, ha agregado la ministra de igualdad. «La pornografía ha sido la escuela afectivo-sexual de nuestros jóvenes», lamentó Redondo, subrayando que «el camino hacia la solución está en la mayor sensibilización y educación afectivo-sexual».
Ana Redondo abogó por acciones transversales y la colaboración de múltiples actores para alcanzar los objetivos en este tema, afirmando que «necesitamos de otros para avanzar». La ministra señaló que hay «muchas oportunidades en la IA aplicada a la igualdad», instando a los presentes a trabajar juntos para construir un futuro digital más justo y equitativo.