Lourdes Alvarez •
En el marco del curso Divulgar en salud: claves y retos para una comunicación efectiva, dirigido por Ubaldo Cuesta, vicerrector de Comunicación de la UCM, se celebró la mesa redonda “Salud pública: la gran desconocida”. La discusión, moderada por Cuesta, contó con la participación de Marta Molina Olivas, subdirectora general de Prevención y Promoción de la Salud de la Comunidad de Madrid y Jorge Del Diego Salas, director general de Salud Pública de Andalucía. Los participantes destacaron la importancia emocional de la salud y de conocer en profundidad a la población y las situaciones que sus miembros enfrentan.
Jorge Del Diego Salas subrayó el valor de la alfabetización sanitaria, describiéndola como imprescindible para el bienestar de la población. A su vez, destacó que la salud pública a menudo se pasa por alto y no se valora lo suficiente, a pesar de su papel crucial en la sociedad. “Hacemos el trabajo silencioso, pero necesario e importante,” afirmó el director general en este sentido, y señaló que la inversión en salud pública tiene un retorno significativo: “Por cada euro que se invierte, se retornan entre treinta y cinco y cincuenta euros.”
Asimismo, el especialista resaltó la influencia del entorno en la salud y la importancia de las decisiones políticas a largo plazo. Igualmente, explicó que “el código postal es más importante que el código genético”, enfatizando que el entorno influye en la salud y que es difícil cambiarlo, pero que el 60% de los lugares donde viviremos en 2030 aún no se han construido.
En cuanto a la situación en Andalucía, Del Diego mencionó que tienen un consejo interdepartamental de salud donde todas las conserjerías discuten proyectos y evalúan su impacto en la salud. El director general resaltó la necesidad de actualizar la Ley Andaluza de Salud, que data de 1998, pensando en los desafíos que se presentarán hasta el año 2050 y apuntó que “El 80% de nuestra salud dependerá de esas decisiones políticas”. Además, el directivo hizo una distinción clara entre salud y sanidad públicas, señalando que la primera es una disciplina en la que el paciente a tratar es la población en su conjunto o grupos específicos de ésta, guiada por la evidencia y un ciclo continuo de mejora de la calidad.
Por su parte, Marta Molina Olivas destacó la importancia de la comunicación en salud pública, que debe basarse en conocer bien a la población y la situación, utilizando información basada en datos y mensajes claros, sencillos, adaptados y multicanal. Molina Olivas mencionó que durante la pandemia de COVID-19 y el brote de mpox se manejaron situaciones con tejidos sociales pequeños, subrayando que “toda la sociedad está compuesta por agentes de salud”. Igualmente, la subdirectora general indicó que en la comunicación de salud pública es crucial apelar a una población adulta, ya que los individuos deben saber que tienen la libertad de decidir responsablemente entre opciones dadas con rigor y simplicidad para protegerse a sí mismos y a su comunidad.
Uno de los mayores retos de la salud pública, según Molina, es que, aunque se emitan recomendaciones, es fundamental entender que toda decisión humana involucra emociones, por lo que hay que transformar los argumentos científicos en emociones para que las personas tomen decisiones racionales. La subdirectora general enfatizó que el mismo mensaje no puede darse de la misma manera a personas de diferentes edades, ya que las emociones y la capacidad de empatizar varían entre generaciones.
En este sentido, Ubaldo Cuesta mencionó la complejidad del mundo de la comunicación y la necesidad de involucrar especialistas en redes sociales para diseñar buenas campañas de salud. Al respecto, Jorge Del Diego Salas habló sobre la problemática de la adicción a la pornografía, enmarcada en la adicción tecnológica y su impacto en la salud mental, señalando que es un área que aún requiere diagnóstico y análisis. Finalmente, ambos expertos coincidieron en que la comunicación persuasiva en salud debe girar las emociones hacia lo positivo para generar retención, ya que “el miedo no lleva a grandes lugares”, señaló Cuesta, y en que la comunicación de salud es un proceso constante a lo largo de toda la vida.