por Lourdes Alvarez •
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), cada año se producen en España más de 4.000 suicidios, lo que supone una cifra que sitúa a este grave problema de salud pública como la principal causa de muerte externa en nuestro país. El curso “Aproximación a la temática del suicidio, del mito a su afrontamiento diario”, patrocinado por Johnson & Johnson, se ha celebrado durante una sola jornada, el 16 de julio, con la participación de algunos de los especialistas más cualificados en esta materia.
“Aunque tiene muchas particularidades, el suicidio sí puede prevenirse”, estableció Íñigo Alberdi, psiquiatra del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y director del curso Aproximación a la temática del suicidio, del mito a su afrontamiento diario. Partiendo de esa premisa, Elena Alonso, psiquiatra del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, Alejandro De la Torre, profesor de la Facultad de Medicina de la UCM, y Alberdi sostuvieron un diálogo sobre la magnitud global y local del suicidio, la gran necesidad de hablar sobre él y las propuestas para evitarlo dentro de lo posible, entre otros aspectos.
La doctora Alonso compartió cifras para mostrar la magnitud de la “pandemia suicida” en el planeta: en 2017 hubo más de 800,000 casos (uno cada cuarenta segundos y tres mil al día), y fue la segunda causa de defunción entre personas de 15 a 29 años. Específicamente, en España, 4.227 personas se quitaron la vida en ese mismo año: 11,6 al día, de los que tres cuartas partes eran hombres y el resto mujeres. “Es el tercer año consecutivo en que se supera el máximo”, añadió la psiquiatra.
A pesar de que se trata de un tema grave en torno a la salud, “el suicidio va muy de la mano del sensacionalismo”, insistió Alberdi. “Las noticias de casos de celebridades que se quitan la vida abundan en los medios, lo cual habitualmente provoca un pico momentáneo en la gráfica de casos y mayor conciencia de manera posterior.”
No obstante, los médicos insistieron en la pertinencia de la problemática más allá de los medios. Alonso destacó que el 90% de los suicidas tienen trastornos mentales, como una depresión mayor. “Estos padecimientos suelen corresponder, en su mayoría, a trastornos afectivos en el caso de las mujeres, y a trastornos de personalidad en los hombres”, agregó la psiquiatra, quien también señaló que “las crisis sanitarias o económicas, así como los conflictos bélicos pueden ser agravantes”.
Por su parte, Alejandro de la Torre apuntó que la investigación en este terreno resulta fundamental porque “permite delimitar perfiles clínicos, desarrollar políticas de salud pública funcionales, así como establecer una estrategia de prevención con registros nacionales que resulte multinivel, intersectorial, multifactorial y basada en evidencia”. De acuerdo con resultados recientes obtenidos de diversas investigaciones, el psiquiatra mencionó que el aumento de casos pudo observarse especialmente en las poblaciones de mayores de cuarenta años y en los miembros de la comunidad LGTBIQ+.
Aunque los especialistas revelaron que el “suicidio cero” es imposible, compartieron que las estrategias de concienciación, farmacoterapia o la restricción de acceso a métodos letales podrían resultar ser planes efectivos a seguir para frenar el aumento de “la más grande manifestación de sufrimiento”.